El Tratado de Coche fue
un acuerdo que estableció la culminación formal de la Guerra
Federal en Venezuela.
Su nombre se
debe a que fue concluido el 23 de abril de 1863 en la hacienda Coche, en esa época
próxima a Caracas (Hoy parte de la Parroquia Coche de Caracas), por Pedro
José Rojas, secretario general del jefe supremo de la República José Antonio Páez yAntonio Guzmán Blanco, secretario general
del presidente provisional de la Federación Juan Crisóstomo Falcón, y confirmado por
ello mismos en Caracas (el 25 de mayo de 1863).
La causa
principal que llevó al gobierno de Páez a establecer un diálogo con los líderes
de la Federación, fue la precaria situación política y económica en que se
encontraba desde 1862. El tal sentido, el
partido conservador estaba seriamente dividido y sus principales
representantes, Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Ángel Quintero y Pedro José Rojas, encabezaban fracciones
antagónicas. Por otra parte, no existían recursos económicos suficientes para
el mantenimiento de un presupuesto regular ni para la organización de un
Ejército capacitado. En un esfuerzo desesperado por conseguir recursos económicos
para superar su difícil situación fiscal, Páez buscó empréstitos en Inglaterra,
pero bajo condiciones de franca desventaja para el país y manejados sin
escrúpulos por representantes y comisionados; lo que terminó desacreditando
todavía más a su régimen e hicieron inminente su derrocamiento.
En
dicho tratado se estableció la paz y se convocó a la organización de una
Asamblea Nacional, la cual estaría conformada por 80 miembros, elegidos la
mitad por el jefe supremo y la otra mitad por el presidente Provisional de la
Federación, ante quienes renunciaría Páez y quienes nombrarían un Ejecutivo
transitorio. Dispuso también el tratado el cese definitivo de las hostilidades,
la prohibición de nuevos reclutamientos y la formación de brigadas de orden
público destinadas a impedir cualquier brote de violencia. No obstante, de
acuerdo con los comentaristas de la época, el Tratado de Coche no sólo implicó
los aspectos antes señalados, sino que produjo importantes ganancias materiales
a sus signatarios, Guzmán Blanco y Rojas, quienes se repartieron el remanente
del último empréstito contratado por el gobierno de Londres.
En definitiva,
dada la magnitud de la contienda civil, la trascendencia de la participación
popular y la indiscutible fortaleza de los federales, el Tratado de Coche
evidenció las intenciones reales de los dirigentes y anunció el estilo y las
limitaciones de la política posterior.
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